Estamos comenzando el otoño, abril es un mes de transición entre el calor y el frío, donde pasamos días con mañanas frescas, tardes cálidas, noches frescas, y así… abrigo, sandalias, abrigo y nuestro cuerpo debe adaptarse de la mejor manera a estos cambios de temperatura constante. Si esta adaptación falla, entonces la respuesta habitual es el típico resfriado.
Debemos agregar, que con las bajas temperaturas aumenta la circulación de bacterias y virus asociados a infecciones respiratorias e influenza, entre otros. Cuando nuestro cuerpo cambia de temperatura constantemente, sumando un sistema inmunológico bajo de defensas, los microorganismos patógenos aprovechan este momento para atacarnos.
En estricto rigor, no podemos controlar el brote de ciertas bacterias y virus, pero sí podemos preocuparnos de mantener nuestro sistema inmune en perfecto estado, y evitar que estos intrusos se aprovechen e instalen en nuestro cuerpo para deteriorar nuestra salud. Es así, si tenemos un sistema inmune reforzado y estimulado, es probable que no padezcamos ninguna enfermedad durante el año. Entonces, ¿cómo podemos mantener y reforzar nuestro sistema inmune?
A continuación, te entregamos las siguientes recomendaciones para lograrlo:
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- Mantén una alimentación balanceada: Consume alimentos variados, como frutas, verduras, carnes, pescados, lácteos, cereales integrales, que aportan las vitaminas y minerales necesarios para activar nuestra inmunidad.
- Consume alimentos ricos en:
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- Vitamina C: cítricos (naranja, mandarina, pomelo, etc), melón, kiwi, pimiento, tomate.
- Vitamina A: panita, huevos y lácteos.
- Vitamina E: aceite de germen de trigo, de soja, cereales, arroz, aceite de oliva, vegetales de hoja verde, frutos secos.
- Hierro: panita, carnes rojas, pescado, huevos.
- Zinc: Carnes rojas, huevo, cereales integrales, legumbres.
- Selenio: Coles, cereales integrales, mariscos, algas.
- Mantente hidratado: Consumir mínimo 2 litros de agua por día. Mantenerte hidratado mejora la función intestinal, equilibra los niveles de líquido en el cuerpo y ayuda a la eliminación de toxinas por la orina, lo que conduce a la reducción del daño y debilitamiento del sistema inmune.
- Evita el estrés: El ritmo de vida actual y las situaciones de enojo o nerviosismo generan severas alteraciones de las defensas. Es fundamental estar de buen humor, alegre y sonreír varias veces al día. Algunas recomendaciones para mejorar la calidad de vida son: realizar actividades al aire libre, o relacionadas con lo lúdico y el arte.
- Buen descanso: El sueño debe ser reparador, realizarse de corrido y debe constar de unas 7 a 8 horas.
- Realizar actividad física: Practicar ejercicio de forma regular (30 minutos, 3 veces por semana), es una de las claves para mantener un sistema inmunológico saludable: fortalece el estado cardiovascular, mejora el ánimo, colabora al control del peso, favorece un buen descanso y aumenta las defensas.
- Evitar: alimentos procesados o en conservas, alimentos altos en químicos, conservantes, colorantes o edulcorantes artificiales. Evita el consumo de tabaco y alcohol.
- Cuida tu vestimenta: los cambios de temperatura en un mismo día pueden hacerte más vulnerable. Mantén contigo un abrigo liviano para evitar enfriamientos, ya sea en la mañana como por la noche.
Cuida tu inmunidad, durante estos cambios de clima tu cuerpo se ve más expuesto y propenso a caer enfermo si entras en contacto con alguna bacteria o virus patógeno. Es muy importante que te mantengas atento, saludable y prevenido.
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